20 marzo 2019

Entre Pisco y Nasca



Soldi conserva tradicionales botijas. Derecha, Alan Watkins desde su viñedo.

Enrique Vásquez presenta los piscos de Finca 314.



Astete muestra alambique de cobre.



Cecilia Oré
arteygestioncultural@gmail.com


Encontré una atractiva propuesta turística ligada al pisco. La Revista Caretas difundió la iniciativa de APPUNASCA representada por Alan Watkins, quien describe este proyecto que ayudará mucho a difundir el pisco y los atractivos turísticos de esa parte de nuestra Región Ica. 

El nombre es muy sugerente y si todos los lugares turísticos y bodegas a visitar tienen cada detalle estudiado y estan bien acondicionados, la oferta turística será un éxito rotundo. 


"ENTRE PISCO Y NASCA", es una famosa frase que resulta graciosa y le gusta a mucha gente especialmente a foráneos. Recuerdo al embajador de Japón hacer referencia a esta frase durante la lectura del discurso de reapertura del Museo Regional de Ica, con un difuso español, de pronto su investidura de representante de su país cobró repentinamente la figura de un amigo instantáneamente "rompió el hielo" entre el  y el público del auditorio, tanto así, que el resultado fueron risas del público y estallaron los aplausos en señal de simpatía. 

"ENTRE PISCO Y NASCA": Frase de uso coloquial cuando se desea señalar a alguien en evidente estado de embriaguez luego de beber pisco, significa "que se ha pasado de copas". Se juega con la palabra y su antónimo: pisco: bebida y Pisco: ciudad. Luego de una ligera revisión en el Google map, entre Pisco y Nasca, solo hay un enorme desierto, un lugar como para perderse en la inmensidad de la arena.

Comparto abajo el artículo de CARETAS


El candente sol iqueño y la bebida bandera del Perú maridan perfectamente. Eso se hace evidente en la ruta pisquera alternativa Entre Pisco y Nasca, encabezada por Alan Watkins. Este remozado concepto turístico enfocado en las zonas de producción vinícola es una aventura de enoturismo. Como su nombre lo dice, la ruta inicia en Pisco y termina en Nasca, pasando por los viñedos, bodegas, restaurantes y hospedajes de cuatro puntos clave. “Es una forma de ayudar a los productores de pisco con un ingreso adicional, para poder sobrellevar la industria”, señala Watkins, quien es también presidente de la Asociación de Productores de Pisco y Uva de Nasca (APPUNASCA). “Hay mucha competencia, la venta sola ya no es rentable”, agrega. 

La siguiente parada en la Panamericana Sur es la bodega Villacurí, de Jason Astete. “Empezamos en el 2007 y hemos crecido a pasos agigantados”, señala. La experiencia no se limita a degustar piscos. El restaurante La Pampa, la bodega, la chacra Buena Cosecha, el tour por las dunas y la práctica de sandboard son otros de los atractivos del lugar. “La idea es hacer un tour completo”, resalta el ingeniero, quien propone acompañar la aventura con su marca Buena Cosecha. Como si eso no fuera poco, Astete produce y exporta aceite de jojoba y una versión del clásico capitán. “Si vas a hacer pisco solo, quiebras”, indica. 

Continuamos la ruta con la Finca 314, una de las más antiguas de la capital iqueña. “La bodega data del año de la independencia”, señala Enrique Vásquez, encargado de la finca en la ausencia de la dueña, Carmen Moquillaza. Ella decidió convertirlo en negocio el 2013 y “recién en enero del 2017 empezaron a vender su pisco”, indica Vásquez. “Desde el 2018 pertenecemos a la Marca Perú”. Entre sus piscos se encuentran Don Reynaldo, Etelvina, Fa yRosa Victoria. “Nuestros piscos tienen 7.6 kg de uva por litro, y los mosto verdes entre 19 y 20 kg”, indica el chalaco. La Finca 314 ofrece maridajes, almuerzos y cenas. “Pero tenemos planeado construir bungalows para los que deseen hacer la ruta completa”, añade Vásquez. 

El recorrido finaliza en el Wasipunko Eco-Lodge, en Nasca. Construido por su madre, la señora Olivia Watkins, hace más de 30 años, el lodge cuenta con 14 habitaciones. “Contamos con 6.5 hectáreas de la variedad quebranta”, calcula Watkins. Su pisco es exclusivamente para sus huéspedes. 

Esta novel ruta de menos de un año se puede maridar con un sobrevuelo para ver las Líneas de Nasca o un paseo por los antiguos sistemas hidráulicos de la cultura Nasca. Así se arma un combo aventurero para el más osado paladar 

FOTOS: CARETAS

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