El día de ayer El Comercio recordó al gran Valdelomar, importante figura de la literatura peruana, para orgullo de todos los iqueños. Comparto con todos los lectores de ICArte este interesante articulo.
Hace 125 años nació aquel señor del billete colorado, el de aire elegante y sereno. Unos fechan su nacimiento el 16 de abril y otros el 27 de ese mes, tan particular fue que hasta para ello era polémico. Él, que se hizo del nombre del jirón de la Unión y hasta se adueñó del propio Perú. Ese caballero de tostada piel y de ademanes refinados es Abraham Valdelomar. Sureño de habilidosa mano que inmortalizó su nostalgia en sus textos.
Nacido en Ica, varias biografías se contradicen en el día de su nacimiento. En 1888, hace 125 años, el 16 de abril para unos y el 27 para otros. Quienes dan la primera fecha siguen el dato de la partida de bautismo de Pedro Abraham Valdelomar Pinto “un niño de un mes diecinueve días”. Pero el propio dandi criollo afirmaba la última como su fecha de nacimiento, así sus padres y su novia Consuelo Silva Rodríguez le festejaban a fin de mes. Para Luis Alberto Sánchez, todo se debía a un error del documento que continúa apareciendo hasta nuestros días.
Aquella no sería la primera complicación de Valdelomar con las fechas o años. Ya en Lima, al terminar la secundaria en el colegio Guadalupe, se inscribió en la Universidad de San Marcos el 19 de abril de 1905. En la ficha sentenció tener 15 años cuando en realidad tenía 17. Otro dato de Sánchez señala una ficha del archivo central de la Decana de América, en la que el escritor registró en 1910 y en 1911 la edad de 22 años.
Conde de las letras
Si bien Valdelomar nunca fue asiduo a la universidad, parece que nunca la necesitó. El talento que tenía le sirvió desde que era un joven que buscaba distinguirse de los demás. Ya en el Guadalupe fundaría “Idea Guadalupana” y comenzaría su incursión en cuentos, poemas o el periodismo.
Pero el amor a la escritura no sería el único en su vida, el Conde de Lemos tenía una buena mano para el dibujo y colaboró con diversas revistas de la época, como “Monos y Monadas” de Leonidas Yerovi, pero no solo con retratos o caricaturas, también con publicidad. En el primer número de su revista 'Colónida' retrató al poeta y compañero José María Eguren, luego a José Santos Chocano y a Percy Gibson.
Valdelomar publicó sus textos en diversos diarios locales, en aquel tiempo era mucho más fácil encontrar literatura en sus páginas. El 1 de enero de 1916, publicó por primera vez el relato 'Finis desolatrix veritae' en 'El Comercio'. Este cuento fantástico es la expresión de ese irremediable encuentro con el final. La imagen del narrador que yace en la cama y que es casi una predicción de su muerte, nos recuerda su tránsito pero ese ya es otro tema.
Soy el Palais Concert
Este dandi criollo no solo haría suyas las letras y los dibujos, también haría de las suyas en una agitada vida que más que una moda era una forma de vivir. Eso era “Colónida” y la integrarían personajes como José Carlos Mariátegui o Federico More, adeptos de provincias como César Vallejo, entre otros. Ahora resultaría difícil imaginar a Abraham, José Carlos y otros “colónidas” en la puerta del Palais Concert. Aquel edificio que aparece junto a él en los billetes, testigo de interminables tertulias y sueños de jóvenes que con su arte engrandecieron al Perú.
Mientras que este joven de tez morena disfrutaba ser seguido por los ojos de la gente, admirado y odiado, y se besaba las manos diría “El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión y el Jirón de la Unión es el Palais Concert”, de lo demás se encargaría de agregar la historia. El mítico Palais Concert lo haría suyo y su obra lo transformaría en el propio Perú, mestizo y contradictorio nacido del sur.
(Pamela Loli Soto)
Foto: Archivo
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