IN MEMORIAM - 10 AÑOS DESPUÉS
Elevamos una oración por las almas de todos los fallecidos e invocamos a la divina bondad por todos aquellos que perdieron a sus seres queridos, y que el consuelo anide en sus corazones.El Terremoto del 15 de agosto del 2007 asoló la Región Ica, especialmente las provincias de Chincha, Pisco e Ica. También afectó Lima especialmente la zona de Cañete. Fue uno de los terremotos más violentos ocurridos en el Perú en los últimos años.
Perdieron la vida 595 personas; se registraron 2291 heridos, 76,000 viviendas totalmente destruidas e inhabitables y 431,000 personas resultaron afectadas.
La Reserva Nacional de Paracas sufrió la pérdida de muchos lobos marinos y la destrucción de la "Catedral", hermosa formación rocosa que era muy visitada por los turistas.
Algunos templos colapsaron y trágicamente perdieron la vida numerosos feligreses. Otros templos quedaron inhabitables o esperaron largos años para su restauración o reconstrucción, como es el caso del emblemático Santuario del Señor de Luren.
El movimiento telúrico no sólo causó pánico, sino también provocó el corte intempestivo del fluído eléctrico, lo que aumentó el horror y facilitó se multiplique el número de personas heridas. El terremoto evidenció la insuficiente cobertura de telefonía móvil y fija en momentos de emergencia máxima. Nos dejó incomunicados, lo cual agravó la zozobra entre la población y sin duda fue el causante de que no lleguen los equipos de salvataje y todo tipo de ayuda a tiempo.
Al gran terremoto le siguieron muchas replicas en los días siguientes. Y a la desgracia de unos se le sumó el oscuro proceder de otros.
Los días siguientes la escena mostraba a un pueblo en shock y carente de alimentos, sin techo, sin agua, ni luz. Los primeros auxilios los dieron "ángeles" que llegaron de diferentes lugares para tenderles una mano.
Hoy queremos resaltar el espíritu solidario de innumerables socorristas, nacionales y extranjeros. Sus acciones son las que quedan grabadas en los corazones iqueños.
La Reserva Nacional de Paracas sufrió la pérdida de muchos lobos marinos y la destrucción de la "Catedral", hermosa formación rocosa que era muy visitada por los turistas.
Algunos templos colapsaron y trágicamente perdieron la vida numerosos feligreses. Otros templos quedaron inhabitables o esperaron largos años para su restauración o reconstrucción, como es el caso del emblemático Santuario del Señor de Luren.
El movimiento telúrico no sólo causó pánico, sino también provocó el corte intempestivo del fluído eléctrico, lo que aumentó el horror y facilitó se multiplique el número de personas heridas. El terremoto evidenció la insuficiente cobertura de telefonía móvil y fija en momentos de emergencia máxima. Nos dejó incomunicados, lo cual agravó la zozobra entre la población y sin duda fue el causante de que no lleguen los equipos de salvataje y todo tipo de ayuda a tiempo.
Al gran terremoto le siguieron muchas replicas en los días siguientes. Y a la desgracia de unos se le sumó el oscuro proceder de otros.
Los días siguientes la escena mostraba a un pueblo en shock y carente de alimentos, sin techo, sin agua, ni luz. Los primeros auxilios los dieron "ángeles" que llegaron de diferentes lugares para tenderles una mano.
Hoy queremos resaltar el espíritu solidario de innumerables socorristas, nacionales y extranjeros. Sus acciones son las que quedan grabadas en los corazones iqueños.