Embajadores de Argentina y Chile, Alcalde de Paracas e invitados
Cecilia Oré
arteygestioncultural@gmail.com
Fotografía: Cecilia Oré/Revista ICArteSalí de casa el 7 de setiembre, a las 3:30 am. para dirigirme al terminal de Cruz del Sur. Mi ómnibus partió de Lima hacia Paracas a las 4 am. Tenía que estar a las 7:30 am en la Ceremonia de Conmemoración del Histórico Desembarco del Generalísimo Don José de San Martín y la Expedición Libertadora ( 8 de setiembre de 1820 en la bahía de Paracas, región Ica).
Es costumbre de las autoridades de Paracas celebrar el 7 de setiembre, un día antes. El 8 de setiembre es el día central, fecha del desembarco del libertador y la celebración se desarrolla por todo lo alto en Pisco.
Esta significativa celebración en Paracas se inició a las 7:30 am con un desayuno en el Hotel Paracas Luxury donde el Alcalde, Omar Eladio Bohórquez Huerta, departió con autoridades ediles y demás asistentes; en una mesa contigua estuvieron los miembros diplomáticos de las Embajadas de Argentina y Chile, otras mesas las conformaban autoridades locales, militares y policiales, asimismo representantes de instituciones sociales y culturales de Pisco e Ica.
Al culminar el desayuno, las autoridades participantes se concentraron a las afueras del Hotel para emprender una marcha con dos banderas blanquirojas de grandes dimensiones, acompañados de una banda rumbo a la Plaza del Desembarco.
En la Plaza esperaban, bien formados, las escoltas escolares representantes de colegios locales, así como representantes de la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea del Perú. Daban colorido a un lado de la plaza, las numerosas ofrendas florales de diversas instituciones.
En la Plaza del Desembarco, permanecen los bustos de Bernardo O'Higgins y del mariscal Toribio de Luzuriaga, así como el busto de Don José de San Martín; donado recientemente por Manuel Ato Fernández, ciudadano argentino y residente en Perú.
Como parte del protocolo se escucharon los himnos de los tres países, Argentina, Chile y Perú, y se realizó el tradicional izamiento de las tres banderas. Acto seguido procedieron a la colocación de las ofrendas florales. Destacaba en el ingreso de la plaza, una hilera de caballetes con pinturas de paisajes lugareños del artista Gary Medina del Carpio con quien pude conversar gratamente por un rato.
El programa estuvo amenizado con danzas de los tres países participantes. Fue muy aplaudida la participación del coro de pequeños niños de primaria.
Pasada más de una hora del evento algunos incidentes se produjeron cuando los niños que estaban formados bajo el sol empezaron a sentirse mal. Observamos que sólo se había colocado toldos para las autoridades, sin embargo los niños llevaban formados en filas antes que lleguen las autoridades, es por ello que un escolar se desmayó, cayendo de bruces, y tuvieron que auxiliarlo.Esperamos que el próximo año se eviten penosos incidentes y los organizadores del Municipio consideren que los niños también necesitan estar bajo sombra, especialmente si van a estar de pie tantas horas, otra opción es que tengan dos escuadrones y hagan cambio a mitad de ceremonia para no exponerlos tanto al sol.
La ceremonia se prolongó casi hasta pasada la 1 de la tarde y poco a poco los maestros tuvieron que darles permiso a sus alumnos para que se retiraran.
El cierre del programa estuvo acertado con la escenificación del desembarco del libertador. Las embarcaciones que durante un par de horas estaban en el mar se acercaron a las orillas y desembarcaron los jóvenes con sus vistosos uniformes azules. El sueño de San Martín estuvo interpretado por un joven como el libertador y 3 jovencitas vestidas en rojo y blanco quienes hicieron una simpática coreografía simulando el vuelo de las parihuanas.
Luego de la ceremonia que se desarrolló en la Plaza del Desembarco las autoridades y parte de invitados se dirigieron para espectar el desfile patríotico a pocas calles del lugar.
Lo mejor del día: el vuelo de aeronaves de la FAP, con los colores de la bandera, mientras se entonaba el Himno Nacional.
Disfruté el encuentro con un amigo, líder cultural, Martín Casavilca (nos conocimos hace años gracias a un proyecto con la Casa de la Literatura Peruana, él representaba a Pisco) Otra conversación que aprecié fue con el periodista y fotógrafo Juan Carlos Guevara quien llegó desde Ica al evento.
El mejor lugar para ese día festivo no estuvo bajo el toldo con las autoridades. Estuvo en un murito blanco con un fondo de película: mar turquesa, cielo azul felicidad, suave brisa marina equilibrando el calor del sol refulgente.
Allí recibí de regalo momentos de contemplación frente al bello mar de Paracas, y tuve charlas de cautivante sensillez con su gente. Dos trabajadoras del hogar de sonrisas cálidas, y de facilidad admirable para conectarse. Fue grato además, intercambiar palabras con algunos escolares que sabiamente admiraban el paisaje, que pueden ver diariamente, y no por ello pierden el interés de contemplar la belleza.
La cortesía y grata disposición de los mencionados hicieron que las pocas horas que estuve en Paracas, fuera una agradable experiencia. Pasadas las 5 de la tarde abordé un taxi para dirigirme a Cruz del Sur; al compartirle al taxista mi trabajo en Revista ICArte tuvo el generoso gesto de no cobrarme. El ómnibus llegó a tiempo a recoger los pasajeros y pude dormir plácidamente como José de San Martín, soñando con la paradisíaca bahía de Paracas durante el viaje de regreso a Lima.
Todas las fotografías son propiedad de Revista ICArte.