Infaltable: un brindis con pisco "Cholo Matías"
!Iqueñísimos! Matías y mi madre
por Cecilia Oré
arteygestioncultural@gmail.com
Foto: Core- Revista ICArte
Foto: Core- Revista ICArte
Cada año, en el cuarto domingo de Julio, los peruanos celebramos el Día Nacional del Pisco para rendir homenaje a la bebida más tradicional del Perú, la cual debe su nombre al antiguo puerto de Pisco, ubicado en la provincia de Ica. Esta fiesta se une a las celebraciones patrias que conmemoran el aniversario de la Declaración de la Independencia del Perú los días 28 y 29 de Julio.
Este año quedaron truncas las festividades de la vendimia en Ica debido al azote de la pandemia. Hoy, domingo 26 de Julio, Día Nacional del Pisco 2020, comparto la publicación que debió salir en marzo.
A fines de febrero no podía siquiera imaginar que pasaría los posteriores meses solamente en casa. Sin embargo, me alegra recordar que en aquella fecha pude hacer un corto viaje a Ica. Entre las distintas actividades culturales que realicé en mi tierra natal, una de ellas fue visitar algún viñedo tradicional. Matías Grados accedió a la visita y llegamos hasta su fundo, justo en el día que encendían alambiques para destilar su afamado pisco "Cholo Matías".
Pasamos una estupenda tarde tratando de entretejer memorias a través de los relatos de Matías sobre el pisco y la tradición que se mantiene en su seno familiar, en el mismo escenario donde están los pasos de sus ancestros. Ese recuerdo lo intensificaba el inconfundible aroma del preciado néctar en fermentación. Yo observaba extasiada el ollejo de las uvas trituradas flotando en su jugo, que llegaba casi al borde de la gran poza. El sol que ya se despedía regalaba un cautivador brillo a ese manantial de vides, haciéndolo ver casi sagrado, como anunciando que estaba a punto de ocurrir un milagro.
Cerca de allí, divisaba el alambique encendido y al frente se distinguía un huarango de porte marcial; muy, muy viejo, al cual no pude resistir tomar varias fotografías.
Disfruté el clásico escenario de chacra iqueña, donde se asienta una casa cuya fachada guarda en su nebulosa de recuerdos, abrazos tiernos de padres y abuelos; secretos pisqueros contados entre copas y numerosas tertulias entre amigos entrañables. En ese atardecer, pude sentir al recordado Cholo Matías sonriendo con su vaso de pisco en mano, ver orgulloso a su hijo dar continuidad a esta importante tradición iqueña.
Matías nos mostró la casa y una joya escondida: una extraordinaria capilla muy bien conservada cuyas imágenes están ligadas al fervor religioso de su abuela. No puedo imaginar qué hubiera sucedido con este mágico lugar si hubiera pasado a otras manos, pues el patrimonio lo guarda mejor quien lo ama.
Como dijera Luciano Revoredo, el pisco es una declaración de amor al Perú; y, quisiera añadir en esta ocasión: es una tradición que sigue viva gracias al amor a nuestros padres y abuelos, quienes nos enseñaron todos sus secretos; es una forma de conectarnos con aquellos que amamos tanto y que ya partieron; serán nuestros hijos quienes le darán continuidad a esta importante tradición que tiene más de 400 años en Ica.
¡El pisco iqueño es amor puro, salud queridos paisanos!
¡Que viva el DÍA NACIONAL DEL PISCO!