Por César Panduro
Es
evidente que Ica es uno de los lugares más propicios para la poesía, esto quedó
demostrado por la masiva concurrencia que atrajo la lectura de los poemas de
Arturo Corcuera, uno de los poetas más importantes de nuestro país. La lectura
se realizó en el café Soleil, sitio más que propicio para que los oídos y los
sentimientos se afinen con la belleza de las palabras. Corcuera la tarde del
sábado 18 de mayo, estuvo también en la Biblioteca Abraham Valdelomar de
Huacachina, en un conversatorio con un grupo de jóvenes poetas y estudiantes de
distintas universidades de Ica. De verdad, para los que escuchamos sus palabras
esa tarde en Huacachina, fue un regalo que el vate otorgó. Contó y recordó a
amigos queridos como Javier Heraud, Antonio Cisneros y César Calvo; dio
consejos de cómo vivir en poesía, y cómo hacer que la poesía viva en nosotros.
Luego vino una larga lista de preguntas que absolvió con generosidad y
sabiduría. Esa generosidad y esa sabiduría que le han valido el afecto no sólo
en nuestro país sino fuera de él. Sin embargo, la noche deparaba más regalos. La
revista Vuelapluma, que dirige Corcuera presentaba su primer número. El
encargado de presentarla fue el Dr. Jesús Cabel, quien señaló que este primer
número revestía una gran importancia, ya que casi todo su contenido estaba
dedicado a Antonio Cisneros, uno de los mayores poetas peruanos de los últimos
30 años, muerto apenas hace algún tiempo. Luego entró Arturo Corcuera, y no se
diga más. Los que fueron esa noche aún tiene en los oídos el canto de un cisne
con pelo largo y blanco como su alma. Que viva la poesía, que viva Ica, que
viva Arturo Corcuera, que viva siempre.
Jesús Cabel, Arturo Corcuera y César Panduro
Fotos: Dante Guevara