Fotos: Nathalie Sayago
Ballena caminante
El desierto de Ocucaje, en la región Ica, atesora un incalculable valor científico porque permite saber cómo evolucionaron los mamíferos marinos. La ballena de cuatro patas descubierta allí se ha convertido en una nueva protagonista.
Una nueva historia sobre la evolución de las ballenas se ha empezado a escribir a partir del descubrimiento de un ejemplar de cuatro patas de 42.6 millones de años en Ocucaje (Ica), que era capaz de caminar y nadar con destreza, tanta que pudo atravesar océanos y viajar al Pacífico nada menos que desde Asia o África.
Era el 2007 cuando el agudo olfato de Mario Urbina divisó un pez gordo en el desierto de Ocucaje, y años después sabríamos que se trataba del primer cetáceo cuadrúpedo de Sudamérica, y algo aún más asombroso: estaba emparentado con los cerdos e hipopótamos; sí, así como lo lee.
En la zona desértica a unos 500 metros de la playa Media Luna, en el sur de la región Ica, se descubrió el fósil del denominado Peregocetus pacificus, que significa “la ballena peregrina del Pacífico”, cuyas fotografías se las mostramos en exclusiva.
Desentierro. Ballena fue bautizada como Peregocetus pacificus.
Urbina hizo cómplice de este hallazgo al paleontólogo Rodolfo Salas-Gismondi, investigador y catedrático de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, y luego se sumaría un equipo internacional.
Vientos a favor
Los fuertes vientos del desierto iqueño soplaron más que a favor y se recuperó la mayor parte del esqueleto de la ballena de cuatro patas.
El trofeo. El hallazgo del astrágalo, uno de los dos huesos del talón, confirmó que la ballena cuadrúpeda está emparentada con los cerdos e hipopótamos, además de su capacidad de caminar en tierra.
“Es muy extraño encontrar un fósil de este tipo y hallarlo entero es más extraño aún porque en los países de origen [la India o Pakistán] se encuentran por pedacitos. [Es importante porque] cuenta la historia que no se sabe de la costa del Perú de hace más de 40 millones de años”, subrayó Urbina.
Para Salas-Gismondi, el descubrimiento fue “supersorprendente”. “Era una locura para un paleontólogo pensar que los cetáceos están emparentados con los hipopótamos [y cerdos] y cuando se encontró el astrágalo [hueso del talón] se confirmó; eso es algo increíble”.
Los investigadores revelaron que se harán nuevos estudios para continuar tejiendo esta novedosa historia sobre la evolución de las ballenas.
Cómplices. Mario Urbina y Rodolfo Salas-Gismondi (derecha)muestran con orgullo parte del esqueleto de Peregocetus pacificus descubierta en sedimentos marinos de 42.6 millones de años del desierto de Ocucaje, región Ica. Se trata de un hallazgo único en Sudamérica.
FUENTE: EL PERUANO