08 agosto 2017

Falleció escritor nasqueño Gregorio Martínez Navarro


 Gregorio Martínez (1942-2017) 


El escritor nasqueño Gregorio Martínez Navarro, autor de “Canto de sirena” y uno de los más emblemáticos de la denominada Generación del 70, falleció el lunes 07 de agosto en Washington a los 75 años de edad. La noticia fue brindada por la embajada del Perú en Estados Unidos. 

Martínez Navarro, considerado ícono de la literatura peruana, nació el 12 de marzo de 1942 en Coyungo, Nasca. Su obra destacó por una particular facilidad para retratar el lenguaje oral de la población afroperuana costera. 

"Tierra de caléndula", "La gloria del piturrín y otros embrujos del amor", "Biblia de guarango", son solo algunas de las principales obras de Gregorio Martínez Navarro. Una de sus creaciones más destacadas fue, sin duda, “Canto de sirena”. 



Gregorio Martínez Navarro 
(Coyungo, Nazca, 12 de marzo de 1942 - Washington 07 de agosto 2017) 
Escritor peruano, uno de los más destacados representantes de la narrativa afroperuana contemporánea. 
Martínez hizo sus estudios iniciales en Nazca, luego, en 1961, ingresó a la Universidad Nacional de Educación en Chosica, luego pasó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1964, se graduó como bachiller en 1967 y obtuvo el título de profesor en 1969. Siguió estudios de lingüística entre 1969 y 1971 y fue incorporado como docente en 1971. 
Entre 1982 y 1984 trabajó en la Universidad de Grenoble. Vivía en Estados Unidos.
Las ficciones de Gregorio Martínez se desarrollan por lo general en la costa sur peruana -en especial, el pueblo de Coyungo y sus alrededores- y suelen tener como protagonistas a campesinos afroperuanos. En su obra, el autor trata de captar la riqueza del lenguaje oral de los negros de la costa sur de Perú.
Gregorio Martínez es en cierto sentido un continuador de la prosa vigorosa de Enrique López Albújar, quien en 1928 en su novela Matalaché, describe los desenfadados amores de un negro con una mujer blanca en los arenales de Piura. Martínez reivindica su filiación popular, lo hace a través de su límpido lenguaje que recoge y da lustre al habla de los negros, pero al mismo tiempo, en una serie de citas, muestra su aspiración de ser reconocido como un actor de la literatura del canon. El español que utiliza es aproximativo, a ratos arcaizante, lleno de neologismos, en conflicto permanente con la escritura académica.