29 abril 2018

Marita Troiano presenta su reciente poemario “Mi mundo raro”






Marita Troiano
Nació en Chincha Alta (Dpto.de Ica, Perú) en febrero de 1953. Es Licenciada en Sociología y Ciencias Políticas en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Es actualmente la Directora de la Comisión de Escritoras del Perú. Acaba de presentar el libro: “Mi mundo raro” enfocado en la admiración y respeto por la naturaleza. 
Estudió para Guionista de Cine y Televisión en el Centro de Telecomunicación de la Pontificia Universidad Católica y Fotografía Artística en el Instituto Tolousse-Lautreac (Lima, Perú). Como Socióloga ha trabajado en importantes proyectos de planificación urbana y en investigaciones sobre Género, Mujeres y Pequeña Empresa y Mujeres y Liderazgo en el Perú. Fundó en 1996 el sello editorial Carpe Diem del cual es Directora a la fecha. Así mismo, colabora con diversas instituciones, revistas y medios de difusión literaria.

Comparto abajo una entrevista que publicó Diario Expreso.


EXPRESO conversó con la poeta chinchana sobre su inicio en la literatura, la traducción de versos y el trato que reciben las profesionales de las letras en nuestro país.
–¿La poesía es una manera de vivir?
Es muy difícil definir la poesía, pero diría que es una manera de confrontar el mundo y exponer cosas abstractas que se hacen tangibles en el papel. Este arte no se puede desprender del yo íntimo, aunque se escriba de política o economía; siempre estará ahí.

–¿Qué diferencia a “Mi mundo raro” de sus anteriores trabajos?
Este libro aguardó seis años para su publicación. Es un poemario introspectivo que no busca una sofisticación del lenguaje, sino una necesidad de volver a lo primigenio. Cuando publiqué mis primeros versos (“Mortal in Puribus”, 1996) fue un alud de emociones que yo venía guardando por más de veinte años; cada texto es una sensación de desnudez.

–¿La sociedad moderna inspira a escribir poesía?
Tengo momentos de inspiración arbitrarios y varían según las experiencias. Estudié sociología y eso me ha servido para tener una visión un poco más objetiva de la realidad. Mi poesía resulta de esa mirada particular y la búsqueda de la belleza. Sin embargo, me siguen inspirando las cosas más simples, por ejemplo, el ver a una mujer embarazada.

–¿Quiénes han sido sus maestros?
La primera fue una profesora de literatura en Chincha (Ica), porque me encaminó hacia la poesía a través de los versos de Gustavo Bécquer. También influyó mucho mi abuelo, quien tenía una gran biblioteca y realizaba concursos de recitales entre los nietos; aquí César Vallejo y Gabriela Mistral fueron determinantes.



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