26 septiembre 2019

Reserva Nacional de Paracas cumple 44 años conservando el ecosistema marino costero de Ica


Reserva Nacional de Paracas cumple 44 años conservando el ecosistema marino costero de Ica. ANDINA/Jhony Laurente


En últimos años se han implementado mejoras en infraestructura para promover turismo sostenible


La Reserva Nacional de Paracas celebra su 44 aniversario como una de las áreas naturales protegidas que permite apreciar la enorme belleza paisajística y singular biodiversidad que existe en el ámbito marino y costero de la región Ica.

La Reserva Nacional de Paracas posee una superficie total de 335,000 hectáreas y fue creada como área natural protegida por el Estado, el 25 de setiembre de 1975, para proteger muestras representativas de nuestros ecosistemas marino-costeros.

Está localizada en el kilómetro 245 de la Panamericana Sur, vía completamente asfaltada, y se puede llegar allí en un tiempo aproximado de cuatro horas. Además, a pocos kilómetros se encuentra la ciudad de Pisco, donde se puede pernoctar y emprender también otras actividades como la visita a las Islas Ballestas, lugar donde anidan lobos marinos.

Si bien después del terremoto de agosto del año 2007 ya no se puede apreciar la formación rocosa denominada “La Catedral”, se puede gozar de una belleza paisajística única que se complementa con una buena oferta gastronómica y reparadores baños en las magníficas playas de la reserva. Para los observadores de aves constituye un escenario extraordinario y singular, así como para aquellos que disfrutan de caminatas y de la aventura en escenarios naturales.

Los principales atractivos turísticos de la Reserva Nacional de Paracas son las playas Lagunillas, La Mina y Mendieta, así como las islas Piedra Redonda y Tres Marías.

Biodiversidad
La Reserva Nacional de Paracas es un lugar privilegiado en el litoral peruano para el turismo de naturaleza, porque alberga una gran diversidad biológica, en especial en la parte marino-costera.
Se estima que existen 216 especies de aves, 36 de mamíferos, 10 de reptiles, 168 de peces y un gran número de invertebrados, que son parte inicial de la cadena trófica de este importante lugar.

Dentro de las aves que se pueden ver destacan el flamenco o parihuana (Phoenicopterus chilensis) que inspiró los colores de la bandera nacional; el pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti), el potoyunco (Pelecanoides garnotii), el zarcillo (Larosterna inca) y eventualmente el cóndor andino (Vultur gryphus). 

También se pueden apreciar los lobos marinos finos (Arcthocephalus australis), los lobos marinos chuscos (Otarya bironia) y el gato marino o nutria (Lontra felina). También se pueden divisar en las aguas marinas a la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), el bufeo (Tursiops truncatus) y el delfín oscuro (Lagenorhynchus obscurus).

La vegetación es escasa en la Reserva Nacional de Paracas, pero se pueden observar algunas porciones de lomas costeras en las partes más altas de los cerros formadas por efectos de la humedad y que sirven de hábitat a diversos reptiles, insectos, aves y a algunos mamíferos.

Según el Sernanp, el creciente interés en visitar la Reserva Nacional de Paracas y otras áreas naturales protegidas responde a su estrategia de consolidación de un turismo sostenible en estos espacios, mediante la mejora de infraestructura turística a nivel nacional como centros de interpretación, señalización, senderos y zonas de campamento, así como el ordenamiento y formalización de los servicios turísticos que se ofrecen en las áreas naturales protegidas.

FUENTE: ANDINA


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